Sin embargo, muchos niños y niñas en acogimiento crecen separados de sus hermanos, una realidad que tiene mucho que ver con la falta de recursos y que contribuye a debilitar sus redes sociales básicas.
“Compartir la misma familia y las mismas experiencias hacen que la relación entre hermanos sea única. Después de todo, las relaciones entre hermanos son las más duraderas que tendremos a lo largo de nuestra vida”
- La no separación de los hermanos. La plena aplicación de su derecho a permanecer juntos en caso de no poder vivir con sus padres.
- La participación de los hermanos en la toma de decisiones durante todo el proceso de acogida.
- Una mayor disponibilidad de recursos financieros y humanos para facilitar el acogimiento de grupos de hermanos.
- La mejora de las condiciones necesarias para cuidar de los menores y reforzar las relaciones fraternales durante el acogimiento.
- La aplicación de métodos de formación y desarrollo de competencias profesionales necesarias para cuidar a menores en acogimiento.
- La recopilación de datos y estadísticas sobre grupos de hermanos para poder abordar sus realidades a través de políticas concretas y de acción directa.
- La unificación de la normativa de buenas prácticas para la acogida de menores en todas las Comunidades Autónomas.
- La aplicación del derecho de los hermanos a mantenerse en contacto en aquellos casos en los que no pueden permanecer juntos.